Malditos sentimientos, malditos recuerdos,
sólo llegan a mi mente para flagelar mi razón,
para martirizar lo poco que queda de voluntad, para lacerar mi alma.
Acaben mi vida de una vez.
Corten mis venas,hagan llagas sobre mi piel ya herida que, solamente así sentiré si estoy vivo,
o si soy una ilusión de mi propio yo o acaso de mi propia muerte.
Sólo así sabré si existe la barrera entre lo real y lo irreal,
entre el estar y no existir.
Que nadie me piense,
que nadie me sienta,
por favor que nadie me haga existir.No, ya no quiero sentirme aquí...
Ni allá... Ni en ningún otro lado.

Un rosario en su cuello y de negro ataviada.
Su mirada tras un velo...
Me contempla sin decir nada.
-¿Qué es lo que te sucede?
-Le pregunto, y me dice:
-¿Te molesta que me quede?
Afuera el viento gime...
Me contempla en silencio,
y su rostro descubre.
Comprendo que un secreto
dentro de su alma esconde.
-Han sepultado a papá hoy-
Me dice, sollozando.
-Tan afligida estoy.
Una lágrima desciende a sus labios.
La llevo hacia mi cuarto, tomando su cintura.
Sensual y deseable viuda...
Sus sollozos me tienen harto.
Le digo: "Cuánto lo siento",
mientras contemplo sus piernas...
Me excitan sus medias negras.
Sus ojos dicen: "No entiendo."
-Te voy a consolar-, le susurro, sonriendo,
y se deja besar...
Y entre beso y beso, la desnudo.
De pronto echa a llorar
y se aferra al rosario,
sin dejar de implorar: -perdón por este acto impuro-.
¡Ella lloraba!
¡Ella lloraba mientras la poseía!
¡Mientras yo reía y gozaba al poseerla,
ella me maldecía, me maldecía...!